lunes, 23 de noviembre de 2009

DEJA LA MOCHILA, COGE EL ORDENADOR


Desde que el Gobierno anunció el Plan Escuela 2.0, el interés por modernizar las aulas y dotarlas de lo último en tecnología no ha hecho más que aumentar. Lejos quedan los días en los que la cartilla, los cuadernos de Rubio -para la caligrafía y primeras operaciones matemáticas- y la pizarra tradicional de tiza eran los principales instrumentos para enseñar.
Los tiempos cambian. Y la enseñanza no se puede quedar atrás con formas -que no contenidos- de aprendizaje obsoletas. En la era de la tecnología puntera, de los videojuegos, Internet... Son las nuevas generaciones las que enseñan a las ya adultas a utilizar los últimos 'gadgets' tecnológicos, por eso choca que los jóvenes pupilos reciban conocimientos de la forma tradicional, cuando no los van a aplicar de la misma manera a como se los enseñaron.
Así, de forma paulatina los colegios e institutos -las universidades están más adelantadas- van introduciendo avances tecnológicos aplicados a las aulas, con el objetivo de que el alumnado participe más en clase a través de la interactividad que ofrecen los portátiles o las pizarras electrónicas y, como consecuencia, mejore su rendimiento escolar.
Por ello, los proyectos de centros de enseñanza españoles permiten a 320.000 estudiantes de enseñanza primaria y superior, cursar sus estudios con un portátil. Además el Plan Escuela 2.0 prevé multiplicar por tres este mercado, en la medida en que se aumenten los presupuestos. Un objetivo difícil, en tiempos de crisis económica, como el que se atraviesa.
Por el momento, de los 320.000 ordenadores repartidos, 170.000 unidades corresponden a enseñanzas primarias y medias, y 150.000 al entorno universitario. Estos datos han sido publicados por la compañía de tecnología Toshiba, que lidera el mercado de la educación con cuotas del 80% en enseñanza primaria y del 75% en la superior y que calcula que «el 90% de los universitarios españoles dispondrá de un ordenador portátil en el 2012, lo que generará una demanda anual de 50.000 equipos», según la empresa.
De hecho, desde Toshiba anuncian «el lanzamiento de una nueva gama de ordenadores pensados ex profeso para satisfacer, con diferentes formatos, las necesidades de profesores y alumnos dentro y fuera de las aulas, a lo que se suma nuestra alta experiencia en formación del profesorado para el aprovechamiento de estas nuevas herramientas en el aula, así como sus servicios de mantenimiento y reparación». «No nos gusta vender e irnos», explica Alberto Ruano, director general de Toshiba en España. Por ello, la compañía dispone de un área específica que ofrece servicios globales y de seguimiento y desarrolla proyectos tecnológicos para la educación.
Antes de la Escuela 2.0
Las experiencias previas a la Escuela 2.0 emprendidas por algunas comunidades autónomas pueden servir de modelo para desarrollar con éxito la iniciativa del Gobierno. Andalucía es una de las comunidades que ha realizado un mayor esfuerzo inversor para llevar la tecnología a las aulas. Concretamente, desde el 2005 hasta ahora, la Junta ha adquirido 70.000 ordenadores portátiles para alumnos de primaria y secundaria de sus centros escolares. También diversas universidades andaluzas están abordando proyectos de integración de las tecnologías de la información en su enseñanza. La Universidad de Sevilla, por ejemplo, ha adquirido 20.000 entre el 2008 y el 2009 como primer paso para dotar de uno de ellos a todos sus alumnos, más de 70.000.
Otra de las comunidades que destaca en este campo es Castilla-La Mancha, que el año pasado adquirió cerca de 30.000 portátiles para profesores de colegios e institutos. Este plan se ampliará a lo largo de este año y del próximo, con el objetivo de que todos los alumnos dispongan de un portátil. Otro ejemplo es Aragón, cuyos responsables educativos compraron más de 6.000 máquinas para alumnos de primaria y secundaria entre el 2005 y el 2008.
Cataluña no ha querido quedarse a la zaga en la modernización tecnológica de centros. En el 2008, la Generalitat puso en marcha proyectos pilotos en diversos centros de educación primaria para lo que contó más de 10.000 equipos portátiles. Otras de las comunidades punteras que han estado invirtiendo en esta misma dirección han sido la Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid, la Xunta de Galicia, el Principado de Asturias y la Junta de Castilla y León.
Por lo que se refiere al mercado universitario, hay que distinguir dos etapas: La primera, del 2003 al 2008, estuvo marcada por las campañas especiales de los propios fabricantes para captar a la población universitaria. La segunda, que arranca en el 2008, está dominada por la demanda de los propios centros universitarios que quieren dotar a sus alumnos, profesores y aulas, de tecnología, como factor diferenciador a la hora de atraer estudiantes hacia el centro.
Según Alberto Ruano, «los chavales y los jóvenes son de los usuarios más exigentes para un portátil. En este mercado, la dureza de la máquina y la calidad son imprescindibles para que no haya fallos. La fiabilidad es siempre necesaria, pero en este segmento es algo esencial para aprovechar la inversión correctamente». Desde el 2004, la media anual de adquisición de portátiles por parte de los universitarios españoles, a través de iniciativas y proyectos de los centros educativos, ha sido de 25.000 máquinas.
Pero en el campo de la educación no basta sólo con los medios, sino que hace falta un profesorado cualificado, que sepa aprovechar el 100% de esos medios tecnológicos para poder transmitírselo a sus alumnos. Por ello, desde las administraciones públicas y la iniciativa privada, se organizan cursos que capaciten al profesorado y le familiaricen con estos nuevos medios de enseñanza.
Fuera limitaciones
Con la premisa de que el alumnado mejore su rendimiento escolar, la empresa Mimio ofrece una solución basada en la capacidad de su pizarra interactiva (de 2 x 3 metros) que, además, ayuda a aquellos escolares con limitaciones físicas o visuales a través de la activación de un seguidor de trazo en la pantalla del ordenador que el alumno tiene en su pupitre y que refleja, de forma ampliada, lo que el profesor escribe en la pizarra. Incluso en casos de limitación visual severa, 'Mimio Screen Magnify' -así se llama el sistema- permite seguir la exposición del profesor en la pizarra captando detalles, gráficos, imágenes, dibujos o cualquier otro tipo de información. Los alumnos con dificultades visuales tienen la oportunidad de trabajar desde su puesto de trabajo y configurar el tamaño ideal de aumento para leer y ver los escritos que se comentan en la pizarra a través de su portátil.
Para un mayor apoyo, el contenido de la pizarra se queda en la memoria del equipo del alumno o del profesor para su posterior estudio, reproducción o trabajo en pantalla.
Pero no sólo hay soluciones para el alumnado con dificultades visuales. Mediante una tableta inalámbrica y su combinación con la pizarra digital interactiva, es posible que los alumnos con limitaciónes físicas dispongan de su propia pizarra virtual. Esto elimina la necesidad de que el alumno tenga que levantarse para poder participar en clase. De la misma forma, el profesor puede intervenir directamente desde otro dispositivo en las respuestas o ejercicios realizados por el alumno.
Esta tableta gráfica digitalizada funciona sin cables. Contiene una batería con una autonomía de 16 horas y carga a través de puerto USB. Permite dibujar, escribir o navegar por la web o incluso moverse por el sistema operativo con rapidez. Dispone de las opciones en un menú integrado en la parte superior de la tableta por lo que se pueden realizar anotaciones en la pantalla, trabajos a mano alzada y operaciones sin límites con la pizarra digital. De esta manera, y con la aplicación de las nuevas tecnologías, se proporciona una solución a los problemas de acceso visual y físico, ofreciendo un servicio personalizado los estudiantes que no pueden realizar ciertas acciones por sí mismos.

LOS DATOS
320.000 estudiantes cursan sus estudios con un ordenador portátil. De ellos, 170.000 corresponden a enseñanzas primarias y medias, y 150.000 al entorno universitario.
El 90% de los universitarios españoles dispondrá de un ordenador portátil en el 2012, según Toshiba.
Castilla y León está entre la comunidades autónomas punteras que han estado invirtiendo en la modernización tecnológica de sus centros educativos.
La introducción de nuevas tecnologías en las aulas supone un avance para la participación del alumnado con limitaciones tanto físicas como visuales.

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